jueves, 6 de octubre de 2016

Queen Esther... Mi belleza viene de Dios.

 Hoy me vino un pensamiento a la mente: La obediencia a Dios es lo que me da belleza.
 No es el maquillaje, es el contacto, mi intimidad con Dios.
 No es la ropa que me pongo, es la presencia del Espíritu Santo.
 ¿Cómo sino iba a poder amarme a mí misma?.
 ¿Cómo iba a tener la sabiduría para cuidar de mi si Dios no interviene?.
 Mi "secreto" de belleza en realidad no es un secreto.
 Mi mejor inversión de belleza: La palabra de Dios.



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